Una de las consecuencias del multiculturalismo, es el miedo a perder la categoría de individuo. Hoy en día impera la individualidad a la que se nos ha arrastrado, donde el arte es el máximo exponente. Se convierte en una herramienta de expresión del individuo, de personificación. El miedo al anonimato, a convertirnos en un ser transparente, nos encierra en un bucle donde la búsqueda de la personalidad es el trofeo mas ansiado. Los artistas tienen un puesto exclusivo dentro de ésta masa homogénea, son elementos diferentes del resto, merecedores de esa personalidad. El resto somos lo mismo, somos un bloque pensante, movemos el mismo cuerpo y caminos a la vez mientras nos peleamos obsesivamente por comer las migajas que se caen de personalidades en desuso, inventadas e impuestas por un poder supremo.
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