Sonrisas con olor a gominota avisan de que comienza el día. Una ducha de 3 minutos ( de las pocas que hubo)… ropa con olor a humanidad y playeros descuartizados. Diez minutos de caminar autómata con ojos de globos de helio y boca de mantequilla. Un lácteo desayuno, el poder del queso alemán en rebanadas de pan, acompañado de un mutante inglés matutito. Sesenta pies saltan y bailan descalzos, despertando poco a poco al resto del cuerpo. Hora de comer. Tortura gastronómica….el ataque del cuscus gaseoso. Tenedor en mano y a correr. Escapada furtiva por las calles de Berlín en busca de galerías de multicolores. Ideas pelirrojas que incitan a construir bebés de cartón. Vuelta a la Office con la boca llena de carcajadas. Dos sofás con demasiada gente durmiendo. Unas manos de aguja tejen con venas de lana cariñosas palabras de aliento. Hora de cenar. Tortura gastronómica….el ataque del cuscus gaseoso contraataca. Home Group. Hora de cervezas compradas con billetes de colores y conversaciones tentaculates que rodean a todo el mundo. Un último vistazo al sobre repleto de intenciones. Un kebap y un billar en Arabspanish. Habitación 4 con ambientador de pies belgas. Una cama de dos plantas con vistas a una asturiana de pelo largo. Cerrar los ojos infectada de berlinitis aguda, esperando a ser despertada por sonrisas con olor a gominota.
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